La extracción del chicle se realiza con la técnica del picado del tronco del zapote en zig zag, cortando la corteza para no dañar el árbol. En ocasiones los chicleros recogen por la tarde la cantidad extraída del árbol -puede variar de 1 a 10 kilos- y la almacenan en un bidón para protegerla de la lluvía y la humedad. Muy cerca de ahí, algunas veces las lanchas se detienen en un manantial de aguas termales con un intenso olor a azufre al costado del Río Dulce.