Era tal la fátiga que tenía acumulada de todos estos días que me dio un bajón físico bastante fuerte llegando a pensar que en algunos momentos mi camiseta me desmayaba. Eso si quitamos que está plagado de mosquitos chupópteros que me han sorbido la sangre y que los somieres de las camas más que estar hechos de metal parecen de chicle. En este lago en días de claridad la gran montaña de Norteamérica se refleja con una bella impresionante.