Los riesgos son numerosos, desde que nos arañe y muerda por miedo, que nos ataque otro animal como un perro suelto y los que no están acostumbrados a los gatos, o que se escape con todo lo que eso implica. «Que centros privados concertados de gestión privada no paguen los impuestos que cada uno de los vecinos de Getafe tendríamos que hacer, sí nos parece un trato desigualitario que no podíamos tolerar», ha concluido.